miércoles, 25 de noviembre de 2009

MERIDA



Historia de Mérida

Mérida fue fundada en la parte septentrional de la Península de Yucatánsobre los vestigios de un antiguo asentamiento maya conocido en la región como Ichcaanziho, cuyo significado es "cinco cerros". Con el tiempo cambió su nombre por el de T'ho y finalmente adoptó el de Mérida, debido a que las antiguas edificaciones mayas produjeron una fuerte impresión en los conquistadores, especialmente en Francisco de Montejo, a quien le recordaba las ruinas romanas que se conservan en la ciudad homónima de España. El 6 de enero de 1542 Mérida quedó formalmente fundada por don Francisco de Montejo "el Mozo", quien la dedicó a Nuestra Señora de la Encarnación, registrándose además en el acto de su erección como villa, a 70 familias españolas y 300 naturales como habitantes fundadores.



El Paseo de Montejo

Esta amplia avenida fue construída en homenaje al fundador de la ciudad de Mérida, Francisco de Montejo y León. En 1904, fué inaugurado parcialmente y en 1906 se colocó la primera estatua, en honor a Justo Sierra O'Reilly, que marcaba el final de la Avenida. En 1925 se levantó la estatua de Felipe Carrillo Puerto. En 1916, se intentó prolongar el Paseo hacia el Sur, para unirlo con la zona comercial de la capital. Sin embargo, sólo se pudo desalojar una manzana contigua al inicio de esa Avenida (el 5 de enero de 1995 se inauguró en ese lote "El Remate"). Desde entonces ha tenido diversas ampliaciones: En 1926, se le aumentaron 371.13 metros y llegó hasta donde ahora se encuentra el Monumento a la Patria.



En 1979 se inició la construcción de otra etapa del Paseo conocida después como "Prolongación de Montejo". Comenzó en la calle 21 de la Colonia México y llegó hasta las puertas del Club Campestre, sobre lo que entonces se llamaba la "nueva carretera" a Progreso.



El inicio de la Prolongación de Montejo (6 de agosto de 1979) coincidió con la remodelación del Paseo desde la calle 47 hasta el Monumento a la Patria.

En ese tramo se hizo un glorieta más, frente al Club Campestre, adornada con una fuente.

Posteriormente, en 1993, se continuó con la Prolongación de Montejo hasta las puertas de Cordemex, también abriendo camellones y ampliando 1,200 metros la vía de la nueva carretera a Progreso. Para marcar el final se construyó un monumento a Gonzalo Guerrero, a quien se considera padre del mestizaje en el país. En total, Montejo, con la llamada Prolongación, mide ahora 5,438 metros.



Hoy día, a casi un siglo de inaugurado, conserva sólo algunas de sus residencias originales, rodeadas por tiendas y oficinas de todo tipo, bancos, hoteles, agencias de viajes, etc. Debido a los hoteles que están en la avenida o en los alrededores, se ha convertido en una zona turística de gran vida nocturna, nutrida por los numerosos restaurantes que ocupan buena parte de su extensión.





Traje Regional Yucateco
El terno y el huipil

El terno, atuendo de fiesta de la población del campo, es uno de los símbolos que caracterizan a la cultura Yucateca, junto con el huipil o hipil, como comúnmente le llamamos los yucatecos, este es el atuendo cotidiano para la mujer campesina.



El arqueólogo Sylvanus Morley, en su libro La civilización Maya, nos da una descripción del traje yucateco, basándose en fuentes históricas y menciona que aparentemente el vestido de la mujer maya no ha variado mucho desde la época prehispánica, y se le conocía con el nombre de "kub", palabra que en la actualidad se ha perdido, ya que ahora se llama huipil, que es una palabra nahuatl.

El huipil o hipil es un vestido blanco, suelto, del mismo ancho desde arriba hasta abajo, cosido lateralmente, con dos aberturas para los brazos y otra de forma cuadrada para la cabeza, las cuales, junto con la parte inferior del vestido están decoradas con vistosos motivos bordados. Debajo del hipil se usa una enagua larga y amplia llamada fustán ("pic" en maya), que en ocasiones tiene bordada la parte inferior.

El terno, como su nombre lo indica, consta de tres piezas: jubón, huipil y fustán.El primero es un cuello cuadrado con un ancho de 30cm aprox. sobrepuesto al huipil, el jubón es una pieza bellamente decorada con motivos bordados, su encanto radica en el escote cuadrado que deja libre parte del pecho y la espalda, con delicada audacia. El huipil es el vestido cuadrado que cubre el cuerpo de la mujer hasta media pierna, la parte inferior está decorada de igual forma que el jubón. Por último, el fustán o fustán, es un medio fondo rizado que se ajusta a la cintura con una pretina de la misma tela, debajo del huipil, y llega a cuatro dedos de los tobillos, y está decorado con encaje y bordados.



El bordado se puede hacer de diferentes tipos, el más bello, y también el más complicado es el xocbichuy, o punto de cruz, el cual se hace a mano. Los bordados se combinan, en ocasiones, con la técnica de "manicté" (del maya xmanikté), que es un calado o deshilado a mano para formar figuras o flores mediante amarres. Algunas prendas tienen únicamente adornos de este tipo, lo cual muestra la laboriosidad y el gusto de la mujer por la confección del vestido. En los pueblos aun se puede observar la veterana, clásica estampa de una mestiza sentada en un banquillo, en el patio o a la puerta de la casa de paja, bordando pedazos de raso, chermés, dacrón o seda que más tarde engalanarán algún terno.

Se ha dicho que el bordado policromo que adorna los ternos, rivaliza en riqueza de dibujo toda la gama de flores del trópico: guirnaldas de hojas en las que comulgan todas las tonalidades del verde, que se mezcla con guías de flores, "Xalíes" o campanillas azules, violetas moradas, lilas, purpúreas y amarillas, claveles reventones, abiertos y encendidos, florones escarlata, rosas rojas, flores silvestres anaranjadas. Tal es el vibrante colorido que se nos mete en los ojos la impresión de haber visto un relámpago de flamboyanes despertándose ante uno de esos crepúsculos del Sureste.

El elegante terno de mestiza de buena casta, se complementa con un fino rebozo de santa María y con el rosario de filigrana, que el orfebre yucateco realiza, tejiendo el oro con la magia de sus manos, convirtiéndolo en largas cadenas de tres y cuatro vueltas para adornar el cuello de la mestiza elegante, y a cuyo final pende la venerada cruz del Salvador.

El traje de gala masculino consta de una filipina de lino blanco, con botonadura de oro, pantalón blanco, completandose el conjunto con un elegante sombrero y alpargatas,

No hay comentarios:

Publicar un comentario