Las Haciendas, magníficas construcciones, florecieron en los campos de la península durante la ocupación española. Desde el siglo XVII aparecieron alrededor de las ciudades y a lo largo de las principales vías de comunicación.
Dedicadas inicialmente a la producción de maíz, luego unas fueron destinadas a la producción de azúcar y desde mediados del siglo XIX al cultivo del henequén. A su paso por la historia de Yucatán, las haciendas dejaron huella de una grandeza que aún puede ser contemplada en las destruida arquitectura de sus plantas.
Abandonadas durante largo tiempo empiezan a ser restaurantes para dedicarlas a la hotelería a manera de paradores turísticos, como se estila en Europa. De 362 haciendas, 71 conservan sus detalles originales y son objeto de atención.
Resultan excelentes atractivos para quienes gustan de entrar en contacto con la naturaleza y disfrutar del turismo ecológico. En los alrededores de Mérida pueden visitarse San Antonio Cucul, situada en los límites de la ciudad, al igual que Teya y Dzoyolá. A pocos minutos están Kancabchén, Yaxcopoil, Katanchel y Chenché de las Torres, todas ellas espléndidas haciendas y verdaderos paraísos para los observadores de pájaros, los amantes de la flora y la fauna tropicales, es decir, para quienes buscan un reencuentro en vivo con la naturaleza.
informatica sesion 21
Hace 14 años
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